UNOS CUANTOS CONSEJOS PARA ESCRIBIR MEJOR.

 

A ver, se me come la impaciencia cuando veo cómo escribe la gente en redes sociales.  Sé que si apunto aquí unos cuantos consejos no los va a leer nadie y básicamente no va a servir de nada.  Pero, qué rayos: quizá yo me sienta mejor.  Ya estará dicho, me lo habré sacado de dentro y el resto es cosa de San Juan y su Libro del Apocalipsis.  Conque hale, vamos allá.

Uno, dejad las dichosas comas en paz.  No sabéis usarlas.  Os creéis que por separar todas vuestras ideas con comas lo estáis haciendo bien.  No es cierto. 

Dos, corolario (derivado) del punto anterior: no separéis el sujeto del predicado con una coma.  Espera, más fácil: no separéis el nombre del que hace la acción del verbo que dice qué acción hace.  ¿No?

Un ejemplo para quien siga perdido sin remedio: Si quieres contar que Perico estaba comiendo galletas debes poner “Perico comía galletas”.  Si lo que haces es poner “Perico, comía galletas” estás metiendo la pata pero bien.

Tres, el señor punto y seguido es tu amigo.  Donde pones comas para separar tus ideas unas de otras deberías estar poniendo puntos.  Puestos a tirar de suerte, acertarás más.

Cuatro, una idea escrita (una oración) empieza con mayúscula y termina en punto.  O quizá en puntos suspensivos, pero eso sólo está bien si no has terminado de contar todo lo que tenías que contar.

Cinco, un párrafo es un grupo de líneas que van juntas y separadas de otros grupos de líneas.  Lo mismo: el párrafo empieza en mayúscula y por lo general termina en punto. 

Y si estás escribiendo algo muy largo y con varias ideas, deberías repartir tu escrito en varios párrafos: cada párrafo con una idea distinta y que quede clara. 

La gente se cansará menos leyendo lo que pones y hasta te entenderá mejor.  Y esos deberían ser tus objetivos principales.  Escribir mucho por escribir mucho o subir una entrada porque hoy te toca no parece algo que merezca la pena, la verdad.

Seis, una manía personal.  “Álgido” sólo significa que algo está muy frío.  Me da igual lo que diga la página web que estés mirando.  Si pone cualquier otra cosa, es una equivocación. 

Siete: ya que estamos con los superlativos…  No se les pone más intensidad, ya tienen toda la que necesitan.  A ver, os lo vuelvo a contar con ejemplos. 

Imagina que un plato de sopa está “caliente”.  Esa palabra es un adjetivo en grado normal, dice cómo está el plato de sopa. 

Si quieres compararlo con otros platos de sopa, vas a usar el adjetivo en grado comparativo.  “Mi plato está más caliente que el tuyo” usa el comparativo de superioridad (en letra cursiva, por si dudabais).  “Mi plato está tan caliente como el tuyo” usa el comparativo de igualdad.  “Mi plato está menos caliente que el tuyo” usa el comparativo de inferioridad.  ¿Ya?

Si quieres decir que ese plato tuyo es el más caliente de todos o que está muy, muy, muy, pero que muy caliente  Vamos, que está calentísimo, se usa el superlativo.  Y, mira, habéis acertado: lo he puesto otra vez en cursiva.

Pero no se debe decir ni escribir muy calentísimo.  No lo haces nunca, ¿verdad?  No, no lo haces porque está mal.

Y por la misma razón…  Mira, que alguien sin léxico ni imaginación diga de algo que es “mítico” o “legendario” para decir que no sabe como hinchar más aquello no le da derecho a decir que es “lo más mítico” o “lo más legendario”.  Eso está mal.  Es como decir que está “muy calentísimo”.  Es de alguien que no sabe hablar ni escribir.

Otra manía personal: las palabras se escriben con letras.  Por ejemplo, la palabra “casa” se escribe con esas cuatro letras: una “c”, una “a”, una “s” y otra “a”.  Cuatro letras exactamente. 

Pues bien, los números se pueden escribir con palabras o con cifras.  Os pongo un ejemplo: Puedo poner “ciento veinticinco” o “125”.  Y si uso este último recurso, lo estoy escribiendo con cifras.  “125” tiene tres cifras: la cifra “1”, la cifra “2” y la cifra “5”.  Está clarísimo, ¿a que sí? 

Conque las palabras se escriben con letras, una puesta detrás de otra.  Y los números se pueden escribir con cifras, una puesta detrás de otra.  Sólo tenemos diez cifras: 0, 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9.  No hacen falta más.  Las cifras son los dibujitos con los que a veces escribimos los números.

Y una cantidad es un número.  Número quiere decir lo mismo que cantidad. 

Una cifra no es un número.  Lo sé, lo sé: a la gente le da igual.  Y además, lo has buscado en una aplicación que te dice que sí.  Ay.  Te comprendo.

Yo prefiero llamar “números” a los números y “cifras” a los dibujitos con los que a veces se escriben los números.  Ya sabes, como en “125”.  Y no mezclarlo.

¿Qué más?  Ayer, yendo por la calle, vi una furgoneta blanca con un rótulo en letras rojas mayúsculas…  Y llevaba una tilde en el lugar equivocado.  Se puede poner tildes en las mayúsculas, pero no es obligatorio.  Así que hacerlo mal en esas circunstancias…  En fin.  Y un rotulista profesional debería molestarse al menos en comprobar la ortografía de lo que escribe, ¿no?

Si no sabes cómo se escribe una palabra, ¿podrías molestarte en buscarla, por favor?  No tengo la certeza de que eso asegure ponerla bien, pero quizá ayude.  Y si crees que la pones bien, ¿podrías buscarla igualmente?  Gracias, muchísimas gracias de parte de mi cordura.

Y, por favor, repasad lo que escribís antes de publicarlo.  Nadie es perfecto.  Todos cometemos errores.  A mí, desde luego, me ocurre.  Yo voy a leer este escrito un par de veces antes de subirlo.  Y aún así, se me puede pasar algo y publicarlo con erratas...  Pero al menos me voy a tomar la molestia.  Es lo menos que podemos hacer.

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