Exageraciones
Uno, que ve más tele de la que debería, acaba hasta la coronilla de escuchar según qué barbaridades. Algunas son recurrentes: se han convertido en una moda. Y la gente las suelta sin despeinarse. Voy enumerando. La primera: “No descansaré hasta que…” Lo dudo mucho. La gente a la que le preocupa un problema tanto como para dormir muy poco o nada no suele ser de las que suelta discursos ni lanza arengas. Y, vamos a dejarlo claro, eso del “No descansaré…” suena a discurso y arenga. Así que no creo que al orador le vaya a ocurrir lo de no dormir durante una, cuatro, sesenta noches. No es más que una figura de expresión, claro: para exagerar el compromiso de alcanzar la supuesta solución. Lo cierto es que el cuerpo tiene unos límites y el agotamiento lleva al sueño antes o después y quieras o no. Te lo dice alguien que ha convivido con el insomnio mucho, mucho tiempo (y sólo ocasionalmente duerme tanto y tan bien c...